El Perú, país minero y petrolero en crecimiento constante, tuvo el 15 de Enero del 2022 el derrame de hidrocarburos más grande de su historia en sus aguas marinas (nivel Tier III), en las cercanías del Puerto de El Callao y en circunstancias que el Buque Tanque Mare Doricum procedía a la descarga de crudo de origen brasileño (28.2° API) en la Terminal Multiboyas N° 2 de la Refinería La Pampilla de la empresa REPSOL. Con causas que están en proceso de investigación y versiones encontradas de las partes, el derrame de los 11,900 bls es generador de impactos ecológicos muy importantes en una zona muy rica por su pesca y fauna marina en cerca de 100 km de costa e islas con parques protegidos al norte de la capital Lima.
La presentación adjunta es la primera que se realiza en América Latina y que explora las Lecciones Aprendidas en este Derrame en el Perú, el que involucró una terminal petrolera y un buque tanque, con multiples consecuencias a nivel ambiental y socio – económico para el Perú. Específicamente en los temas de la gestion de la crisis por parte de las Autoridades, se reflejaron importantes vacíos en materia de prevención, los que sin dudas incrementaron los efectos del derrame e influyeron en la toma de decisiones en las etapas iniciales de la respuesta. Planes de Contingencias desactualizados y fuera de control, son siempre síntomas y presagian los peores escenarios, lección que las terminales portuarias petroleras deberían asumir en América Latina. Por su parte la falta de regulación para las empresas especializadas en materia de control de derrames (OSROs), es otro handicap a tener en cuenta y que imposibilita la presencia inmediata de los recursos necesarios para responder a estos escenarios de riesgos. El caso de estudio, tiene particular interés en México, país minero y petrolero como el Perú, con multiples actores públicos y privados, a nivel federal y estadual, cuando ocurren este tipo de incidentes. Sus terminales portuarias y sus empresas OSROs, responsables de la prevención y respuesta con estos escenarios deben tomar debida nota de lo ocurrido en el Perú y así poder extremar sus medidas de control y seguridad a los standares exigidos por la industria petrolera y marítima.